¿Por qué la casita corazón? A finales del año 2014 inició la vida intrauterina para Iris, nuestra hija fue desarrollandose y descubriendo, sintiendo, explorando, comunicandose… desde el interior del útero, un útero que tenía forma de » corazón » no solo por todo el amor que teníamos para entregarle, sino también por un crecimiento diferente al habitual, una forma y disposicion para el útero, con la cual algunas mujeres venimos al mundo (septu o tabique).
Iris creció y vivió cómodamente durante 38 semanas con su cabecita apoyada casi siempre en el centro del corazón (útero), un tabique que usaba para reposar, acurrucarse y acariciar, pero quizá también, el que le animó a quedarse sentada todo el embarazo, y no le dejó girarse con facilidad al acercarse el momento de su nacimiento.
El corazón de nuestra hija Iris dejó de latir a las 38 semanas y 6 días de vida compartida, de historia familiar, de emoción y de espera.
Iris nació el 15 de agosto del año 2015, nació de nalgas, su posición preferida durante el embarazo.
Estuvimos con ella piel con piel nada más nacer, le miramos, abrazamos, besamos, pesamos, tomamos su huella, le arropamos… vivimos un encuentro diferente claro está, lejos del esperado e imaginado, pero un nacimiento lleno de AMOR, y un tiempo mágico, como en el nacimiento de sus hermanos, un tiempo único, distinto cada uno, pero el de Iris, acababa allí, nuestra vida física juntos los 3 terminaba allí, en ese instante, pero, hemos de compartir algo, ahora que han pasado 5 años, y hemos tenido dos nuevos hijos, dos embarazos y dos nacimientos más,
LA HISTORIA, nuestra historia con Iris, nuestra historia familiar, no sólo no terminó allí, sino que continúa…Y este blog nace por y para dar visibilidad a todos y cada uno de los colores de maternidad y paternidad que hemos vivido, todos diferentes entre sí, pero todos conscientes, importantes y amorosos.
Desde el sangrado más temprano, a la muerte súbita, pasando por un nacimiento fluido y otro con final feliz tras algún que otro susto.
Agradecidos a cada uno de corazón.
Miguel Santiso y Laura Pueyo