El cartón es una herramienta educativa, un elemento de juego no estructurado que puede ser transformado según el propio deseo del niño, sus inquietudes e intereses.
El cartón es sencillo, barato y abierto, flexible y polivalente, con un color neutro, suave y que permite que prime la imaginación del niño. Tiene textura y superficie para escribir, pintar o dibujar.
Una caja de cartón puede no ser nada y serlo todo par un niño. Puede pasar a ser una casa, un coche, un autobús, un contenedor, una cama… según las motivaciones de cada niño y su momento evolutivo de desarrollo.
Las cajas pueden adquirir un papel u otro para el juego, liberando así la imaginación de los niños, sin frenos, pero —importante— con un adulto que acompaña el juego con el cartón, bajo una mirada de respeto y valorando lo que surja, sin expectativas, a la escucha.
Laura Pueyo Pardo