No dejemos que este momento social —la entrada de nuevo a las escuelas— nos haga perder instinto propio, nos haga perder nervios y obsesionarnos con que todo lo que está por llegar es malo, no…ahora vuelven los mocos entre los más pequeños que inician relaciones en escuelas, vuelven las molestias de garganta ante los cambios de tiempo sin saber qué ropa sacar del armario, vuelve el cansancio por retomar rutinas y hábitos de sueño tras vacaciones sin horarios.

 

Pero no todo es motivo de pensar que estaremos en tensión, que debemos avisar al médico, dejar de ir escuela y trabajo: no todo gira entorno al COVID-19.

Siento importante el ser conscientes y responsables, colaborar todos del cuidado de cada ser, del respeto y el mimo a los otros y a nosotros mismos, prevenir las dificultades pero sin bloquear nuestra percepción, nuestro instinto, nuestra capacidad de acción, sin taponar nuestra expresión, aún cuando sea para discrepar.

 

El amor a los otros empieza por el amor a nosotros mismos. 

Repetir lo que nos dicen no mejorará la situación, debemos siempre pasar por nuestro «sentir» lo que recibimos, antes de hacer y ofrecer.

El mundo necesita de TODOS, de la esencia de TODOS

 

Si el arco iris tuviera un único color, no lo veríamos todos, no destacaría sobre cualquier superficie, no necesitaría al sol, no le gustaría tanto el agua… ya no sería único, Ya no sería Arco Iris.

 

 

Laura Pueyo Pardo