Podemos llamarlo el «Guión Natal», así todos vivimos según el guión de una película elaborada por nuestras
decisiones y experiencias desde el comienzo de nuestra vida. Durante mucho tiempo, se pensó que la conducta humana dependía únicamente de  una cuestión genética, hoy en día, sabemos que cada organismo viviente es el resultado de una interacción dinámica entre los genes con los cuales hemos nacido y las experiencias por las cuales pasamos. El Dr. Bruce Perry, uno de los psiquiatras más reconocidos del mundo, afirma hoy en día que la experiencia es el arquitecto jefe del cerebro, desde la vida intrauterina.
Los estímulos que han influido para que así sea están basados en el tipo de nacimeinto que hemos tenido, en los patrones familiares de conducta que lo han condicionado, y en aquel pensamiento subconsciente más profundo, que es la gran mentira sobre nosotros mismos y que tiene que ver con una decisión hecha en los momentos primordiales de la vida. Así, desde nuestra concepción, vamos conformando «el guión de nuestro nacimiento».

Así llega la carta de los derechos del bebé para el siglo XXI:

  1. Ser concebidos con la intención y el deseo incondicional de nuestros padres para ser queridos sin condición, sin preferencia de sexo, con nuestros derechos, nuestras capacidades y con el sentimiento de que nuestra vida está protegida.
  2. Ser concebidos para acompañarnos en nuestra evolución, ayudarnos a ser nosotros mismos para expresar todas nuestras potencialidades
  3. Estar unidos a nuestro padre y a nuestra madre e informados desde el principio por la comunicación, mental, corporal y verbal, como si fuéramos personas completamente formadas, a través de palabras sencillas, las del corazón, para que nos tengan al corriente de los acontecimientos a los que se enfrentan y nos confirmen su amor
  4. Ser imaginados, visualizados, oídos y sentidos por nuestra madre y nuestro padre, conscientes de la persona física, psíquica y espiritual en desarrollo que somos
  5. Evolucionar en la presencia inagotable de las energías de amor y de deseo de nuestros padres a lo largo de todo el embarazo así como después
  6. Ser concebidos en el amor recíproco de nuestros padres para poder construir en armonía nuestras dos polaridades, el Yin y el Yang
  7. Ser concebidos por padres libres de las proyecciones de su pasado, que hayan reflexionado sobre ellos mismos en terapias breves, si es posible antes de nuestra fecundación, y que estén informados de manera sencilla sobre la psicología y sobre nuestras necesidades básicas para acompañarnos en el nacimiento.

…por todo esto, gracias.

Laura Pueyo Pardo

Fuente bibliográfica: Claude Imbert y María Luisa Becerra.

El Futuro se decide antes de nacer y Nacidos para triunfar, respectivamente