Alrededor del 10% de los niños que nacen en nuestro país son prematuros y un 1-2% son muy prematuros. A pesar del descenso de la natalidad, el aumento de la edad materna y la gemelaridad son los principales responsables de su aumento.
La mayor supervivencia de estos pequeños supone un reto para los profesionales, que debemos ser muy cuidadosos durante el ingreso para disminuir en lo posible las secuelas que pueden padecer estos pequeños. Pero sobre todo supone un GRAN RETO para los padres de estos bebés.
Unos han pasado por un ingreso previo más o menos largo, recibiendo informaciones no muy halagüeñas de obstetras, neonatólogos,…; a otros el nacimiento prematuro de su hijo/a les viene por sorpresa. En ambos casos son padres que ni siquiera han tenido tiempo de recibir las clases de preparación al parto y cuando llega el momento de ver a sus bebés, la situación no cumple con las expectativas que tenían al inicio del embarazo: no poder abrazar a su hijo/a, verlo rodeado de cables, tan chiquitito, tan frágil…Ni siquiera reciben ‘la Enhorabuena’ que damos a otros padres de bebés que han nacido a término.
Por eso no sólo es importante que los profesionales sanitarios cuidemos lo mejor posible a estos pequeñines, sino también a sus familias y tratando a padre-madre- recién nacido e incluso hermanos como una UNIDAD. Debemos instruir en lo posible a las madres en la extracción de la leche materna, animándola por el gran esfuerzo que supone y haciéndola protagonista de que cada vez que le damos a su bebé gotas de calostro le estamos ayudando a dar un pasito hacia delante. Ayudar y animar a que estos padres estén todo el tiempo que deseen con sus hijos/as mediante unidades de puertas abiertas 24 horas es fundamental, instando a que ayuden con los cuidados y el aseo, a realizar método canguro que tantos beneficios ha demostrado. Es fundamental hacerles saber que NO ESTÁN SOLOS, que están rodeados de personas que quieren ayudarles a creer lo que son, LOS MEJORES PADRES QUE PUEDEN TENER SUS PEQUEÑOS.
Para terminar recalcar lo importante que es la PREVENCIÓN en estos pequeños, la gran plasticidad de su cerebro permite que trabajando de forma precoz, durante el período ventana en el que no se pueden objetivar signos de que algo va bien o mal, podemos llegar lejos consiguiendo que no presenten secuelas. Son las familias, junto a estos grandes chiquitines, las capaces con un gran esfuerzo y de forma constante de llevar a cabo este trabajo. Desde aquí sólo quería transmitir mi más sincera ADMIRACIÓN hacia todos estos padres.
Delia Royo Pérez
Medico pediatra. Unidad de neonatología del hospital Miguel Servet