La importancia de experimentar diferentes roles, diversos sentimientos y emociones, de vivenciar la pérdida, la conquista, la admiración, la compasión, la empatía, el dar y el recibir, el estirar, el aflojar, el ganar y perder, el sostener, el retener, la fuerza, la debilidad, la tensión, la relajación… es fundamental para crear personalidad propia.
El psicomotricista, el educador, el terapeuta acompaña sin interpretar, sin juicios, sin evaluar y sin » trato de favor».
Para ello, los profesionales necesitamos la auto-observación, para poder mirar a todos los niños, y favorecer su desarrollo, hemos tenido que profundizar en nuestras huellas infantiles, en nuestra historia de vida, saber y: ¿de dónde venimos?
Debemos tomar conciencia de nuestras facilidades y dificultades a la hora de relacionarnos, de afrontar la vida y de acompañar a la infancia, fundamental, y para ello es clave formación y adquirir herramientas en auto-observación.
Los niños van construyendo su identidad a partir de sus interacciones y relaciones con ellos mismos, con los otros y con el mundo que les rodea, a partir de sus exploraciones irán recolocándose ante la vida, irán eligiendo su lugar, su posición, su implicación ante cada situación.
No etiquetemos ni encasillemos a los más pequeños, están » jugando a ser», necesitan vivenciar y sentirse en diferentes maneras frente al mundo, es preciso que puedan ir y venir, no miremos diferentes unas acciones u otras, no las evaluemos antes que ellos, confiar en la infancia, acompañarles desde la aceptación es permitirles ser.
Laura Pueyo Pardo