Hoy día Internacional el niño, cierro los ojos, respiro, les pienso y me llegan MIRADAS. Miradas puras, sinceras, entregadas, ilusionada, deseosas de amar y ser amados.
Y comparto una necesidad que observo común: SER YO MISMO/A.
En la sala de psicomotricidad vivenciada observamos como los niños se expresan, sí no les dirigimos y les dejamos ser y estar van construyendo y constituyéndose.
Pero también el otro día en una sesión de fotos en familia observaba claramente como se movían y mostraban los niños con naturalidad mientras sintieron libertad de movimiento y de expresión, en cuanto hubo una demanda concreta un deseo adulto de «posado» concreto…los niños se inquietaron, subieron su tono corporal, su gesto se volvió rigido y apagaron la luz en sus miradas dejando marchar las risas y las sonrisas.
Parecido cuando pensamos en el aula, en una educación en movimiento, donde pueden ser y estar activos y protagonistas, o en una «instrucción » donde sólo existe una manera de aprender para todos igual encaminada por expectativas adultas ( profesores, sociedad, familia…) y exigencias a un ritmo generalizado y basado en la media, llamada » normalidad».
Podemos pensar en diferentes espacios y escenarios y, seguramente, nos lleguen recuerdos de vivencias similares, en la peluquería, en el médico, durante la alimentación, en el cursillo de piscina…si el adulto que acompaña les permite descubrir, explorar, moverse, reconocer los materiales que van a utilizar previamente, les explica sin exigir, informando…si les dejamos SER y les miramos con RECONOCIMIENTO y ACEPTACIÓN, los niños aprenden a VIVIR, CONVIVIR y AMAR.
Y con ello van los límites, dejarles expresar, va de la mano de facilitar que vayan conociendo e integrando, unos límites saludables con los cuales se van organizando y situando en la vida, límites, muy diferentes de limitaciones, sanciones o intimidaciones.
Gracias Estefanía Abad por «ESCUCHAR» y PLASMAR, esas esencias individuales y familiares.

Gracias y feliz día internacional a todos y cada uno de los niños/as del mundo, pues nos hacen de espejo y nos aportan aprendizaje.

Laura Pueyo Pardo
Terapeuta ocupacional pediátrica, Psicomotricista y ed. Infantil.