Conocimos la Mirada de Lluna al mes de haber nacido nuestro hijo. Al nacer tuvo un ACV, y nos dijeron que sus destrezas motoras iban a depender de su estimulación temprana.

Desde el primer momento, la primera valoración, el primer encuentro… nos sentimos acompañados. Algo muy importante cuando tienes un diagnóstico, que desde luego, no estaba en tus planes.

Estaremos eternamente agradecidos a ese acompañamiento terapeutico y familiar, que nos hizo Laura.

Hoy en día, varios años después, nuestro hijo ha evolucionado tan favorablemente que las secuelas pasan totalmente despercibidas.
Tengo claro que gracias al tratamiento, a la tenacidad de nuestro hijo y la constancia e trabajo, la evolución ha sido así de buena.

Así que, muchas gracias por todo y por tanto!!!

M.y R.